Generalmente para la excelente eficiencia energética y ahorro de dinero en el uso de aire acondicionado industrial, los procesos de transferencia son fundamentales para aprovechar los distintos fluidos o fenómenos circundantes. Unas empresas son capaces de usar agua de ríos o mares para la absorción y redirigirla al interior de una nave industrial, y otros aprovechan el mismo aire exterior para fortalecer los caudales, sin depender exclusivamente de un sistema de climatización mecánico como tal.

Aspectos para elegir el mejor clima industrial

Los aspectos más relevantes al momento de elegir el mejor clima industrial que se adecúe a las necesidades de la empresa, tienen mucho que ver con el gasto energético, porque invariablemente, la climatización es un aspecto que incide notablemente en las pérdidas o ganancias de todo un complejo.

En ese sentido, será esencial que un factor a tomar en cuenta, sea la temperatura objetivo al salir del sistema, dependiendo de las transferencias térmicas entre fluidos, que deban pasar por el mismo sistema de refrigeración. Inherentemente, se deberá mencionar las condiciones ambientales preponderantes del entorno, que lleguen a afectar directa o indirectamente al mismo sistema y cada área de la nave industrial o complejo comercial; si se saca provecho de este factor, la factura mensual de luz podría aminorarse significativamente.

El consumo energético eficiente en el aire acondicionado industrial, también se verá sujeto a cada espacio del edificio, son sus debidas fuentes de alimentación pertinentes. Esto se puede medir a través de caudales y gastos energéticos, obviamente, y, por lo tanto, se debe estar preparado para las revisiones de cualquier normativa de protección medioambiental, y estar consciente de sus subsecuentes penalizaciones. Por ello, es trascendental escoger el mejor sistema de clima industrial.

Además de los factores naturales exteriores para la elección de la refrigeración industrial, también se tienen que tomar en cuenta los factores internos de cada sistema, y su naturaleza operativa al momento de funcionar para un edificio o determinados fenómenos.

Por ejemplo, para enfriadores secos, la meta más normal es que la diferencia de temperaturas, entre la que existe en el bulbo, con relación a la salida de flujo, sea mayor a -12°C. En cambio, para sistemas adiabáticos, la meta térmica diferencial entre bulbos del mecanismo y la salida de fluidos, será mayor -11°C.

Estas diferenciaciones de temperaturas varían un poco más cuando se trata de torres de enfriamiento, evaporativos e intercambiadores de calor de placas. Por ejemplo, en las de enfriamiento y evaporativos, la diferencia deberá ser mayor a    -13°C, mientras que, en los intercambiadores, será superior a -15°C, y en algunos modelos puede irse a más de los -16°C; lo malo de esto, es que en estos sistemas al menos como inversión inicial, podría no ser tan rentable.

Las razones más fehacientes para seleccionar el mejor clima industrial, se basa en el tipo de fluido para enfriar, su temperatura al momento de ingresar en el enfriador, así como en su salida, flujo volumétrico de fluidos, calor a disipar, temperaturas de bulbos –secos, húmedos, de verano e invierno–, elevación de la instalación a nivel del mar y fuentes de alimentación.

Integración de serpentines de refrigeración en el aire acondicionado industrial

Este tipo de sistema suele ser fundamental en naves industriales propiamente, pero también en sectores comerciales y públicos. En hostelería, se emplean cabalmente para climatización y procesos de desecación o humidificación. En un solo hotel, podrían aplicarse para todas las habitaciones y otros procesos aparte. En el área sanitaria, los serpentines son muy utilizados, sobre todo en aquellos donde se requiere un óptimo control de humedad a favor de la higiene. En el sector educativo, son ideales para aulas, auditorios y laboratorios. En la industria petrolera, pueden ser de utilidad para procesos de transformación en distintos materiales, especialmente titanio.